Todos los martes y jueves por la tarde, el conserje del San Rafael Healthcare & Wellness Center, Benjamin Maldonado, se reúne con amigos para jugar fútbol en un parque local cerca de su casa.
Es simplemente un partido amistoso para divertirse y liberar el estrés del trabajo, dijo el guatemalteco de 57 años, quien juega en el medio campo, organizando ataques y defensas.
Eso es también lo que hace en el trabajo que ha desempeñado durante 36 años, donde, como delegado sindical, Maldonado lidera a sus compañeros de trabajo para que defiendan sus derechos y obtengan los contratos más sólidos posibles, como lo hizo recientemente.
“Ser parte de un sindicato me ha ayudado mucho”, dijo Maldonado.
Esa ayuda fue vital hace más de una década, cuando lo despidieron después
de que le aprobaron una licencia por duelo tras la muerte de su hermana.
“Los supervisores me dijeron que él me cubriría, pero luego me dejaron ir”, dijo Maldonado. “Afortunadamente, cuando estaba hablando con él, había un lavaplatos y un cocinero presentes. Ellos me defendieron y luchamos durante dos años antes de que ganara el caso”.
Esa experiencia cimentó su creencia en los beneficios y protecciones que conllevan los sindicatos y lo llevó a convertirse en delegado poco después de su reintegro.
La representación sindical, dijo, sigue siendo vital hoy en día en el centro de enfermería especializada propiedad de Brius Healthcare en el condado de Marin, donde los trabajadores ratificaron recientemente un nuevo acuerdo con aumentos del 8 por ciento en dos años. El contrato también incluye reembolsos de peaje del puente y licencia adicional por duelo, el tema que primero involucró a Maldonado en su sindicato.
Maldonado lideró esas negociaciones.
“Muchos administradores me dicen que deje el sindicato; “Solo estoy desperdiciando mi dinero (en cuotas sindicales), pero hay mucha necesidad de representación aquí”, dijo.
Más que nada, en términos de seguridad laboral, que siempre es un problema en la instalación. “Dicen que si dejamos el sindicato, nos pagarán más”, dijo Maldonado. “No lo creo. Puede que nos paguen más, pero tres meses después, nos quedaríamos todos sin trabajo”.
“Con nosotros en un sindicato, no pueden hacer eso”.
