Casi 2,400 profesionales de salud mental de Kaiser en el Sur de California llegan a la temporada navideña dispuestos a seguir en la que está a punto de convertirse en la huelga de salud mental más larga en la historia de California.
Ya que Kaiser está impidiendo que los pacientes vean a sus terapeutas de salud mental durante estas celebraciones, los trabajadores en huelga y sus aliados en la comunidad se congregaron en las oficinas corporativas de la aseguradora en Pasadena para enviar un mensaje navideño propio: Deja de ser un tacaño cuando se trata de la salud mental.
Con el tema de las fiestas aún más presente, varios trabajadores se disfrazaron del personaje de Grinch, mientras que otros cientos marcharon por las calles de Pasadena portando un corazón gigante de cartón, ya que el de Kaiser es claramente demasiado pequeño. Muchos también recibieron alimentos y juguetes de la Federación de Trabajadores de Los Ángeles.
“En el momento en que vi los juguetes, empecé a llorar”, dijo Jade Rosado, una terapeuta de Kaiser con tres niños. “El solo hecho de poder escoger algo que sabía que iba a gustar a mis hijos me dio mucho alivio”.
Varios oradores se dirigieron a los huelguistas fuera de las oficinas de Kaiser, incluyendo a la Senadora Estatal Sasha Pérez. A medida que continuaba el mitin, los trabajadores rompieron la barricada de seguridad y se congregaron en la fachada del edificio, coreando a Kaiser: “¡Arréglalo ya!”.
Ese momento fue especialmente emotivo para Rosado, quien fue honrada como una “Héroe Cotidiana” de Kaiser en agosto y vio los afiches de los otros trabajadores considerados “Héroes Cotidianos” colgando en la pared de la oficina corporativa.
“Me hizo pensar que todos nosotros somos héroes, entonces por qué no tenemos los mismos beneficios, aumentos salariales, y tiempo de cuidado de pacientes como los demás trabajadores de Kaiser”, dijo Rosado. “Kaiser se beneficia de nuestro trabajo, pero no nos incentiva a quedarnos”.
Muchos de los huelguistas portaban una carta, firmada por la mayoría de los Asambleístas de California, pidiendo a Kaiser que cierre el contrato bajo los términos propuestos por los trabajadores (ver detalles abajo). Al final dejaron varias de las cartas encima del corazón para Kaiser.
“Mi corazón está lleno de gratitud y gozo”, dijo Ligia Pacheco, una terapeuta de Kaiser, tras el evento. “Después de recibir los donativos de la comida y los juguetes, nuestra gratitud se tornó en cánticos poderosos que reflejan la solidaridad que seguimos teniendo”.
Mientras los trabajadores aumentaban la presión sobre Kaiser, así también lo hacían sus aliados. Una mayoría de los legisladores estatales firmaron cartas pidiendo a Kaiser que cierre el contrato bajo los términos propuestos por los trabajadores, como también lo hizo la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales.
Al mismo tiempo surgió un creciente número de reportes de pacientes que enfrentan problemas para recibir atención por parte de Kaiser durante la huelga y violaciones de la ley estatal, incluyendo instancias donde Kaiser obligó a pacientes a enrolarse en listas de espera de citas de 30 días, no contó con suficiente personal para proveer servicios de hospicio adecuadamente, y de enviar a pacientes con condiciones severas a proveedores externos que no estaban equipados para atenderlos.
“Kaiser no tiene en qué pararse”, dijo Jeremy Simpkin, un terapeuta de Kaiser, durante el mitin del 10 de diciembre. “Han caído gigantes más grandes y tienen presión desde todos los ángulos”.