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Los trabajadores atentos de Kaiser obtienen casi un millón de dólares en aumentos no pagados

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Por segunda vez este año, los trabajadores de Kaiser están obligando a Kaiser Permanente a pagarles una gran cantidad de dinero que se les debía según sus contratos.

Durante las próximas dos semanas, 69 terapeutas de salud mental de Kaiser con larga trayectoria en el norte de California recibirán casi $1 millón en pagos por señoría no pagados. Según su contrato con Kaiser, después de 15 años en la unidad de negociación, un miembro de NUHW obtiene un aumento por señoría del 4 por ciento.

Pero a principios de este año, varios trabajadores notaron que no habían recibido el aumento que les correspondía. Informaron a los delegados y organizadores, quienes hicieron sus propios cálculos e informaron a la gerencia de Kaiser que necesitaban hacer una auditoría de inmediato.

El problema pronto quedó claro. Durante años en el norte de California, un manager debía presentar la documentación para que un trabajador recibiera el bono por señoría, pero se suponía que Kaiser haría el proceso automático según una disposición del acuerdo contractual de los trabajadores de 2022.

Kaiser dejó de instruir a los gerentes para que presentaran la documentación, pero no programó el aumento por señoría en su sistema de nómina, por lo que los aumentos no estaban siendo implementados.

“Es inquietante que pueda ocurrir un error tan importante como ese, pero es un recordatorio de que tenemos que permanecer alerta y que ayuda ser parte de un sindicato fuerte”, dijo Willow Thorsen, una trabajadora social clínica autorizada de Kaiser en Santa Rosa, que se vio afectada por el error. “Gracias a nuestra defensa, llegamos al fondo del asunto rápidamente y todos seremos indemnizados”.

En Hawai, a principios de este año, los miembros de NUHW se dieron cuenta de que deberían haber recibido su bono completo de $5,000 y finalmente obligaron a Kaiser a pagarlo.

“La lección es que nos corresponde examinar minuciosamente todos los datos que provienen de la gerencia”, dijo Rachel Kaya, psicóloga de Kaiser en Maui, el mes pasado. “Claramente, no siempre podemos confiar en lo que nos ofrecen”.

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