Natalie Barbrie creció entre mujeres sindicalistas; su madre, una enfermera, y su hermana, una maestra, eran parte de sus organizaciones, y ella misma fue miembro del Gremio de Escritores de Estados Unidos.
“Siempre he sido pro-unión, pro-trabajador”, dijo Barbrie, quien no dudó en involucrarse cuando especialistas de comportamiento y trabajadores de salud mental en Rogers Behavioral Health en Los Ángeles decidieron unirse a NUHW, siguiendo el ejemplo de sus colegas en Walnut Creek y San Diego.
“Siempre he sido muy franca”, dijo Barbie. “Me importan mis pacientes y mis compañeros de trabajo. Quiero ayudar a la gente”.
Barbrie ha venido haciendo eso desde que se unió a Rogers Behavioral Health hace tres años, cuando lideró el esfuerzo para conseguir un aumento de $7,000 para los trabajadores de la clínica que proveen servicios de salud mental y tratamientos de adicción para pacientes hospitalizados y ambulatorios.
También ayudó en los esfuerzos por ratificar su primer contrato sindical este año, el cual incluye límites en el número de casos que pueden llevar, prohíbe la pérdida de empleos debido al uso de nuevas tecnologías, y permite que los trabajadores eliminen su cláusula de no huelga si el empleador busca cambiar sus condiciones laborales.
Estos términos, que primero consiguieron los trabajadores de Rogers en el Área de la Bahía, motivó a que otros trabajadores de Rogers se unieran a NUHW, primero en el Sur de California y más recientemente en Philadelphia, donde los trabajadores de Rogers han presentado su solicitud de sindicalización.
Ser parte de una unión y tener su primer contrato sindical ha ayudado a Barbie y a sus compañeros a entender mejor sus derechos como trabajadores. “No tenemos que aceptar todo ciegamente. Tenemos límites”, dijo.
El contrato les permitió enfocarse en el cuidado del paciente al obligar a la empresa a contratar a una persona para que conteste llamadas después de ser meses en que los terapeutas debían ayudar con estas tareas.
“Eso le quita una carga a los terapeutas que ya estaban haciendo demasiadas cosas”, dijo Barbie de ese cambio. “Los pacientes van a tener más oportunidades de ser guiados por el personal, especialmente si tenemos personas que están pasando por una crisis y necesitan la ayuda”.
Al igual que cuando era parte del Gremio de Escritores, Barbie reconoce el beneficio de estar involucrada en su primer sindicato del cuidado de salud.
“Te sientes apoyada”, dijo. “Si hay algo mal, tenemos a alguien con quien hablar para corregirlo. Parece que todos estamos juntos en esto”.






























































































































































































































































































